sábado, 20 de abril de 2013

VOLANDO POR LUGARES DE ENCANTO, AVENTURA Y LIBERTAD...




Buenas días mis queridos bibliófilos.

Estoy ansiosa por saber que tal os va con Juan Salvador Gaviota, ¿quién será el primero en deleitarnos con su experiencia sobre ésta lectura? Bueno lo cierto, es que espero un cumulo de mensajes dialogando sobre las sensaciones causadas, ya que es un libro sencillo de leer y con un gran mensaje.
Pero para todos aquellos que los libros no son su fuerte, tranquilos, que también podéis saborear el placer de la superación, con un film cinematográfico visionario de deslumbrante belleza.

Ya os conté en la entrada anterior mi pasión por esta novela y ahora quiero contar la historia que viví con la película. Para entender parte de esta historia tenemos que trasladarnos allá por los años 70.

Todo sucedió la tarde de un sábado en el ecuador de mis 13 años. Después de suplicar varias veces a mi hermana mayor que me llevase al cine para ver La Guerra de las Galaxias, y practicando algún que otro chantaje, conseguí convencerla para ir. Ese día, me encontraba rebosante de alegría e ilusión, esa película ya la habían visto todos mis compañeros, creo que yo era el único bicho rato que aun no había experimentado los placeres de la mejor película de ciencia ficción hasta el momento, y ese día iba a entrar a formar parte de los seguidores de Skywalker, podéis imaginaros que ni comí de los nervios.

Iba a ser una tarde de cine, nunca mejor dicho, ilusión, emoción, aventura... y para no perder la costumbre, palomitas.
-Vámonos ya, le decía a mi hermana cada cinco minutos, -que no vamos a poder entrar con tanta cola si llegamos tarde, por favor, que quiero ser de las primeras.
Al final mi hermana cansada de escucharme y cogiendo sus cosas,  me dijo:
-Sube al coche anda.
Como loca me subí, y nos fuimos con mis canturreos de alegría directas hacia el cine Rex, uno de los más importantes en mi ciudad. Cuando llegamos al cine, no había nadie, yo no lo podía creer.
-¿Cómo es posible Loreto que no halla nadie en la cola? ¿es muy temprano?
Ella, me miró sin saber que decirme, no encontraba las palabras para explicarme lo que estaba pasando.
-Mira, resulta que la película que querías ver ya no esta en cartelera, me dijo mi hermana con una gran tristeza.
Con lo ojos rasos de agua e intentando aguantar las lagrimas, le dije.
 -¿Qué quieres decir con eso?, ¿cómo que no esta en cartelera? no puede ser, hoy es sábado y no pueden quitarla, yo aun no la he visto.
Loreto, colocando sus ojos a la altura de los míos y tomándome de la mano y me dijo.
-No te preocupes, la buscaremos en otra ciudad y yo te llevaré a verla, ¿sabes? incluso podría ser que la estén poniendo en el cine de verano. Mira, ¿te has fijado lo que están anunciando para hoy?
-No  ¿qué es?, le dije medio llorosa y sin querer mirar.
-Están poniendo una película sobre ese libro que tanto te gusta y que siempre lees antes de irte a dormir, el que está siempre sobre tu mesita y le gruñes a mama cuando te lo guarda, ¿quieres que entremos a verla?
Lo que yo realmente quería era irme a mi casa y llorar toda la tarde y parte de la noche, pero por algún motivo que hasta este momento desconozco, le dije secándome las lagrimas.
-SI.
 Entramos en el cine con palomitas y agua incluida, arrastrando conmigo una tristeza incontrolada. Nos encontramos en una sala enorme, donde tan solo habíamos una docena de personas.
Las luces se apagaron y la tarde de cine comenzó. Para mi sorpresa el tiempo se me paso volando, disfrute como nunca de una de las películas que hasta los días de hoy me resultan de una belleza incalculable. Me sentía colmada de vida y emoción, ya desde la primera imagen había olvidado por completo la Guerra de las Galaxias, estaba dentro de mi libro, su música me iba embriagando con cada una de sus melodías, no podía ni comer palomitas por miedo a perderme algo importante e irremplazable.
Cuando termino y ya de vuelta a casa no deje de hablar y hablar sobre todo lo que había descubierto, mi hermana conducía en silencio escuchando cada una de mis charlatanerías y con una sonrisa dibujada en su cara, me dijo.
-Me alegra mucho que lo hallas pasado bien, ahora junto a eso libro que tanto te gusta, analiza todo lo que has aprendido y comienza a darle forma a tu vida.
La verdad, en ese momento no entendí lo que me estaba diciendo, pero eso no eclipso ni un segundo de una de las tardes de sábado que recuerdo con inmensidad de sensaciones.
Había vivido una experiencia insospechada, repleta de sentimientos encontrados, pero marchaba a casa con el alma rebosante de emociones.
Al tiempo, la escuche decir que su hermana pequeña había crecido con Juan Salvador Gaviota, y sin lugar a dudas, así fue.
Este recuerdo lo atesoro cómo parte de mi formación personal, los conocimientos que adquirí de el, libertad, valoración, empeño, respeto, superación... ganas por ir descubriendo la vida, son parte de lo que hoy soy.

Espero que vosotros disfrutéis tanto como lo hice y lo sigo haciendo yo con este film. 


Recordar; disfrutar de la vida y sobre todo no dejéis de sonreír...


"Dedico mi historia al Juan Salvador Gaviota que todos llevamos dentro"

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