Lo primero y para comenzar, muy buenas tardes.
¿Como se encuentran hoy en un día tan
especial mis apreciados bibliófilos?
Hoy 23 de Junio, es la noche de San Juan, la noche en
que la magia, el amor, el desenfreno, se juntan para cantar al pie de las
hogueras.
Hay muchas leyendas sobre esta noche, todas
llenas de grandes historias de amor, donde los corazones se unen a la luz de
las hogueras, donde los encuentros se hacen realidad, donde las amistades
perdidas, sanan sus heridas…
Hay muchas, pero yo recuerdo una en concreto que nos contaba en esta noche mi abuela materna, recuerdo que cogíamos todas las cosas que no servían y hacíamos una pila con ellas, para a las doce de la noche prenderle fuego y sentir como las figuras de las llamas hacían realidad la historia que la abuela terminaba de contarnos, con ese tono tan seductor y especial que ponía a sus cuentos, sobre todo, cuando quería darle el misterio suficiente para que sus pequeños nietos quedásemos con la boca abierta, esa maravillosa historia que tantas y tantas veces escuche, decía algo así…
Hay muchas, pero yo recuerdo una en concreto que nos contaba en esta noche mi abuela materna, recuerdo que cogíamos todas las cosas que no servían y hacíamos una pila con ellas, para a las doce de la noche prenderle fuego y sentir como las figuras de las llamas hacían realidad la historia que la abuela terminaba de contarnos, con ese tono tan seductor y especial que ponía a sus cuentos, sobre todo, cuando quería darle el misterio suficiente para que sus pequeños nietos quedásemos con la boca abierta, esa maravillosa historia que tantas y tantas veces escuche, decía algo así…
La abuela estaba sentada en una silla de
mimbre de las que en la época había en todas las casas, nosotros estábamos
sentados delante de ella en el suelo, la observábamos con cara de ilusión,
sabiendo que en breve ella comenzaría con su historia, nunca supe si la
olvidábamos todos los años, o ella nos la cambiaba para que pareciese otra,
nunca lo supe, pero si tengo plena seguridad que la historia cada año era nueva
para mi.
De pronto escuchábamos esa voz tan
familiar, que a todos nos hacia abrir los ojos y observarla con plena atención.
Hoy es esa noche que todos esperábamos, la
noche de la magia y el amor, la noche donde el universo entero conspirará para
hacer realidad los sueños de mucha genta, tus sueños, y los tuyos también. Pero
no sucederá así como así, para ver vuestros sueños hechos realidad, tenéis que
desearlo con el corazón, con el alma, con todo vuestro ser, tenéis que sentir que vuestro deseo camina paso a paso, desde la boca de vuestro estomago, hasta
vuestra mente, haciendo que la piel de todo vuestro cuerpo se erice, como si de
una noche de pleno invierno se tratase, en ese momento, y solo en ese momento,
todo a vuestro alrededor ira cambiando, vosotros no lo notareis, pero las
gentes de bien se reunirán a cantar y se convertirán en parte del mar, de las
estrellas y del sol, y será ahí, en ese preciso momento, cuando sin vosotros
sentirlo, juntareis vuestras manos con las de ellos, y compartiréis vuestras ilusiones y vuestros
sueños, justo ahí y en ese momento, es cuando el universo conspirará y os convertiréis
en sus hermanos, y sentiréis que voláis y os veréis cruzando el cielo en la
noche de San Juan.
Pero, ojo, esto no es así de fácil, no se
podrá hacer realidad la historia, si en vuestros corazones existe algún ápice
de maldad, porque solo las personas de corazón puro, pueden hacer que el
universo conspire para ellas.
Los ojos de mis primos y los míos no podían
estar mas abiertos, teníamos las manos entrelazadas y los corazones a flor de
piel.
Todos nos mirábamos de reojo sin querer mirarnos,
temíamos y a la vez deseábamos vernos volar junto a esas gentes que nuestra
abuela decía que iban a ser hermanos nuestros, y que nos ayudarían a cruzar el
cielo.
En algún momento se nos paso por la cabeza
que no habíamos sido buenos del todo, y cerrábamos los ojos muy fuerte, se sin
lugar a dudas que en esos momentos andábamos los cinco pidiendo perdón por todo
la malo que habíamos hecho, porque queríamos tener un corazón puro para volar
en la noche de San Juan.
De pronto alguien, prendía fuego a la
hoguera que estaba detrás nuestro y sentíamos los cantos y las risas de todo el
mundo, la abuela nos decía, vamos, correr a la hoguera y volar, volar alto en
la noche de San Juan…
Pero por algún motivo que no se
explicar, yo sigo siendo esa niña que escucha a su abuela al pie de la hoguera
contarle la historia, y sigo pensando, que si le pido al universo que haga
realidad mis sueños, el me ayudará a conseguirlo, pero si además le hago la
petición en la noche de San Juan, es cuando puedo volar hasta el y
agradecérselo.
Espero que estéis en el lugar que estéis,
podáis mirar al cielo y pedir al universo vuestros sueños. Os mando toda mi
ilusión y fuerza vital para que el universo conspire y los haga realidad.
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